Cuidar la piel es vital durante todas las épocas del año, pero con los cambios climáticos es todavía más importante, ya que es la parte más expuesta a los mismos.
Nuestra piel tiene memoria, por ello es tan importante mantenerla nutrida e hidratada y llevar a cabo una rutina de belleza adecuada, pero a veces no sabemos la manera correcta de hacerlo y que luzca suave y luminosa.
Vamos a ayudaros a hacerlo, hablando de una rutina básica para el perfecto cuidado de nuestra piel: la exfoliación.
Primero, explicaremos, qué es y para qué sirve. La exfoliación elimina las células muertas de la piel y ayuda a regenerarlas, limpiando poros e impurezas, por lo que quedaría preparada para recibir cualquier principio activo y nutrientes que le apliquemos a continuación También estimula la oxigenación celular, previene los puntos negros y quita la suciedad y los restos de maquillaje difíciles de limpiar. Iguala el color y el tono de tu piel.
Podemos encontrar dos tipos principales de exfoliación: la exfoliación física y la exfoliación química.
La exfoliación física implica tallar la piel físicamente con algo abrasivo.
Para ello se usan diversas herramientas (exfoliantes con micropartículas, cepillos faciales, …) o sustancias abrasivas, cuyo objetivo es eliminar físicamente la capa más externa de la piel.
En definitiva, este tipo de exfoliación elimina células muertas a través de la abrasión mediante el uso de partículas duras generalmente mezcladas con una base de crema / gel/ aceite para que el proceso sea más suave.
La exfoliación química es la manera más segura de exfoliar suavemente la piel. Disuelve el “pegamento” que une las células muertas de la piel y estimula el crecimiento de una piel sana. Los exfoliantes químicos son generalmente ácidos (AHA y BHA), normalmente llamados peelings o tratamientos. Sus formas más frecuentes son: limpiadores, mascarillas, humectantes, sérums o almohadillas. Los AHA’s (alfa hidroxiácidos) más conocidos son el ácido glicólico y ácido láctico. Y el BHA (beta hidroxácido) más común es el ácido salicílico.
Ahora os dejamos una serie de consejos para que podáis aplicar según vuestro tipo de piel:
- Si tu piel es normal: Lo más adecuado es un exfoliante físico una vez a la semana.
- Si, por el contrario, tu piel es seca: Lo conveniente es exfoliante a base de ácido glicólico/láctico AHA una vez a la semana
- Para una piel grasa se recomienda un exfoliante físico una vez a la semana.
- Por último, si tienes una piel seca/sensible. Lo más beneficioso es el uso de Ácido láctico cada 15 días.
- Elimina células muertas,
- Previene el antienvejecimiento,
- Renueva la piel, diciendo adiós a las impurezas.
- Mejora apariencia y salud de la piel, proporcionándole un tacto más suave y más luminosidad.
- Promueve la aceleración de la renovación celular de la epidermis, oxigenándola.
- Evita la formación de comedones (poros obstruidos).
- Aumenta la producción de colágeno y elastina,
- Mejora la apariencia de arrugas, líneas de expresión y manchas y previene el acné.
- Mayor penetración de los tratamientos de belleza y productos cosméticos.
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